Un castigo excesivo

MILAGROS S. RIVERA WATTERSON

EXPRESIDENTA DEL COLEGIO DE TRABAJADORES SOCIALES

Si bien es cierto que tenemos que censurar el hecho, también la situación conlleva que pensemos si criminalizando la conducta de estas jóvenes, cediendo a la opinión pública que pide venganza, no estamos promoviendo que estas menores, en lugar de aprender formas adecuadas para dirimir sus diferencias, reaccionen en rebeldía y estemos propiciando conductas peores en el futuro.

En nuestro país, los que hemos estudiado en escuela pública sabemos que han existido peleas y agresiones de diverso tipo, pero no estaban Internet ni los medios para que todos se enteraran, por lo que los incidentes se atendían internamente en cada escuela y con los padres, para evitar la repetición de los actos agresivos y lograr cambios en conducta.

En este caso, sin embargo, debido a la amplia publicidad recibida...

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