CATACLISMOEN EL PARAÍSO

6:15 de la mañana del miércoles, 20 de septiembre de 2017, el huracán María toca tierra en la costa sureste como categoría 4 y vientos sostenidos de 155 millas por hora. En horas del mediodía del miércoles, sale por la zona del barrio Islote, entre Arecibo y Barceloneta, como ciclón categoría 4 y vientos sostenidos de 145 millas por hora.

”Catastrófico”. Siempre dijeron que así sería. ¿Cómo imaginar la magnitud de una catástrofe sin precedentes?

Apenas han pasado 10 días del peor evento atmosférico que hemos sufrido en más de un siglo. Nuestra agonía ha sido tan devastadora que la medida del tiempo ha trascendido la temporalidad misma. Reconocer que, en efecto, la isla que por casi dos décadas había salido bien librada de los múltiples fenómenos atmosféricos que habían afectado la zona del Caribe se encontraba absolutamente devastada, dejó a muchos perplejos.

Ese primer encuentro con las calles deforestadas, la casa inundada… la pérdida material, en algunos casos total, combinada con el silencio de un país que quedó incomunicado definieron las emociones de las primeras horas.

Todo el que pudo se armó de valor para echarse a la calle a hacer el recorrido de regreso a la casa de la infancia, a donde la abuela y los padres que no quisieron abandonar el espacio en el que crecimos. Muchos se volvieron socorristas de su gente, llegaban a mitad de camino y tenían que regresar. Otros lograron la hazaña de llegar hasta los suyos.

Pasados esos primeros días, otras preocupaciones inundaron el alma de la gente, tener abastos, tener gasolina (algunos para mantener un poca de su normalidad con un generador, otros para llevar ayuda a sus familiares o para mantener medicamentos o equipos médicos). Lo cierto es que un bien tan común se volvió altamente codiciado.

En medio de infinitos gestos de solidaridad se diluían otros no tan solidarios ni cívicos. En el pandemonio, se da de todo, y todos hemos visto alguna muestra de cada cosa en estos días.

Casi nadie logró anticipar la magnitud de la catástrofe en el paraíso. Era muy difícil, no había un referente histórico sobre el cual amparar siquiera un vaticinio.

El camino...

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