Caverna

Manolo Núñez Negrón

Los escucho, en la radio, en la tribuna y en la televisión, llenarse la boca con la prédica de la igualdad, y me pregunto si es que no han visto el nido de oportunistas y de embaucadores que tiene secuestrado, a fuerza de billetes, el movimiento anexionista.

De todas las corrientes ideológicas que dominan el panorama de la discusión pública nacional, el discurso asimilista es el que atraviesa, ahora mismo, por una crisis más profunda. Y ello se debe, en buena medida, al talante reaccionario, a la indigencia cultural y a la voracidad monetaria de buena parte de los líderes que dicen defender los principios de Barbosa.

Pongamos las cartas sobre la mesa: la estadidad, al día de hoy, no es un proyecto de futuro, es una máquina de hacer dinero. Y a veces, también, una chequera.

No comparto, por muchas y variadas razones, ese sueño dorado del federalismo. Pero admito que esa aspiración es tan legítima y digna como cualquiera otra. Y es una pena, la verdad, que ese ideal esté en manos...

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