El cerebro tras el triunfo

Por José A. Sánchez Fournier

Enviado Especial

Pero con la magistral ejecución de Cotto frente a Antonio Margarito Montiel en el Madison Square Garden, el otrora entrenador de la selección de boxeo cubana validó sus estrategias y métodos de preparación, muy reconocidos en el aficionismo pero nunca antes probados en una mega pelea profesional.

Tras la victoria, Cotto fue el primero en darle el merecido crédito a Díaz Benítez, quien en apenas ocho semanas puso en óptima condición física al peleador y le enseñó nuevos trucos, como amarrar a su rival, que fueron claves en su casi inmaculado desempeño ante Margarito.

"Pedro trazó la estrategia perfecta para esta pelea", sostuvo Cotto en la conferencia poscombate la madrugada de ayer. "La seguimos todos los integrantes (del equipo), primero que nada durante el campamento."

La seguimos esta noche (el sábado) y simplemente fue utilizar nuestra rapidez, nuestros mejores movimientos contra Margarito y evitar las sogas, que fue lo que nos mató la vez anterior".

El éxito de Díaz Benítez no solo fue darle a Miguel la preparación para que tuviera éxito en el cuerpo a cuerpo y amarrando a su rival. También consiguió que luciera con más energía en la postrimería del combate, cuando previamente solía fatigarse un poco más.

"Creo que la energía que tenía (sobre el ring), la preparación y la buena química que tuvimos durante el entrenamiento fue la verdadera diferencia en esta pelea", agregó Miguel.

En un aparte con los medios durante la rueda de prensa, Díaz Benítez aceptó con algo de modestia los laureles que le arrojó su boxeador

"Pienso que en dos meses es difícil cambiar a un boxeador", opinó el entrenador cubano, quien desde el 2007 reside en Montreal, Canadá. "Lo que hicimos solamente fue coger lo bueno que ya habían hecho los demás entrenadores que habían trabajado con él y aplicarle un poquito de inteligencia, nada más".

Pero Pedro Luis no solo pulió las herramientas que ya tenía su pupilo, sino que le proveyó varias nuevas. Una de las más aparentes fue el preparar a Cotto para que lograra amarrarle los brazos a su rival cuando quería una pausa en la acción. Miguel nunca antes había mostrado la habilidad o inclinación para esto.

"El problema es que el cerebro es el que dirige al cuerpo. Las cuerdas fue uno de los errores de Cotto, y no sabía agarrar, trabajar de media distancia a corta", explicó al respecto el estratega, quien posee un doctorado en Pedagogía. "Por eso hicimos un trabajo de media para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR