China tropical

Rafael Acevedo

Algunos años después, cuando los Mets de New York ganaron el campeonato de béisbol en Estados Unidos, ocurrió un milagro. Otro, aparte de que ganara aquel equipo tan flojo. Los amigos estábamos sentados en una esquina y de repente llegó, caminando, un ave que luego supe era un ibis.

Antes de que pudiéramos salir de la sorpresa un hombre de rasgos orientales llegó en un auto japonés (por supuesto) y le dijo par de oraciones a la belleza alada. Ésta alzó el vuelo y el oriental la siguió en su auto por las calles de aquel laberinto urbano.

Quedé marcado para siempre. Miré las caderas de la muchacha de la heladería cada tarde. Hoy, cuando ya no sé nada de aquellos heladeros y de aquella muchacha, tengo amigos que residen en Pekín. De hecho, tuve colegas estudiantes en Nueva York, como la adorable Xuhua Liang, que venían de otro planeta. Me hicieron entender que nosotros somos de otro planeta. O que, en realidad, el planeta es ancho y lleno de rica diversidad.

China es un enorme país, dominado por un gobierno...

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