Chiringa

Manolo Núñez Negrón

La observo, por un momento, darle hilo: primero con cierto entusiasmo, en control de la situación, y después cambiando el ritmo, muy segura de sus habilidades.

Pero el viento, de repente, arrecia. Ella trata de balancear la cuerda, que se inclina a la izquierda buscando el ruido del Atlántico, la sonora espuma, para que el pedazo de plástico siga por los aires, sin problemas. Lo admirable, en todo caso, es que a pesar del percance no esté dando muestras de amilanarse, de querer ceder. Por el contrario, se ha empeñado, tal parece, en que el juguete, que flota rodeado de una tenue luz amarilla, salga invicto de la contienda. Y lo logra, aunque luego de un rato, al tensarse el cordel, se desprende de su mano, por accidente, y el objeto levanta vuelo, buscando el mar abierto.

Aun...

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