Chocamos

Angélica Plá

Lo peor de las prácticas de negocios son los dichosos centros de llamadas. Yo sé que todos se identificarán conmigo: primero contesta una grabación con un mensaje general acerca de la empresa. Luego viene el menú de opciones y la advertencia de que para propósitos de calidad esa llamada podría ser grabada o monitoreada. Luego responde alguien que con meridiana claridad no habita en Puerto Rico ni sus posesiones ultramarinas.

"¿Me podría explicar cómo llegar al centro de Trujillo Alto?" El dichoso acentito de la voz sin rostro dijo triunfante: "Señora, esto queda en el Expreso de Trujillo Alto, al lado de Grande". "Al lado de Grande, jum. Mire, esa avenida es muy larga, ¿puede ser más específico?" "Señora", dijo el tipo ya comenzando a impacientarse, "ese Grande todo el mundo lo conoce, lo va a ver". Tampoco era posible que me diera un teléfono en el local: óigalo bien, este cuadro...

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