Chuchazo

Por Chú García

Especial El Nuevo Día

El lunes pasado, partiendo el reloj el mediodía, me encontré con el colega Mario García, redactor de Publishing Plus, y surgió el tema de Arroyo; y él, sin pensarlo dos veces, me dio una respuesta sólida a su desaparición, ojalá temporal, de la rotación de los Heat.

"Arroyo se preocupó más en no jugar mal que en jugar bien", sentenció él, hijo del destacado agente de jinetes, Tico, y quien conoce el basquetbol desde la cuna por haber participado en todas las categorías menores como armador.

El juicio de Mario, pues, es de incalculable valor analítico por conciso y contundente, ya que no es lo mismo desempeñarse con temor de pifiar al lado de semidioses como LeBron y Wade, que romper el conservadurismo y ser el verdadero Carlos, aquel de ofensiva juguetona y productiva.

Sin embargo, otro amigo ligado al deporte en muchas gamas, fue todavía más lejos en la búsqueda de razones lógicas para su desplome anímico.

"Chequéate, Chugar, pero Carlos siempre se cae para estas fechas", me comentó, Héctor Martínez, productor deportivo de valía.

Me di a la tarea y comprobé que Toronto, su primer equipo en la NBA, lo...

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