Ciclista

JAIME TORRES TORRES

PERIODISTA

En la esquina te encontrabas con tus amigos ciclistas. Y conscientes de las disposiciones de la ley emprendían el recorrido por la carretera PR 3 en dirección a Fajardo, a favor del tránsito.

Era una travesía intrépida, gallarda... ¡atrevida! Evadías con pasmosa habilidad los cráteres del paseo y los cadáveres de los perros realengos atropellados en la vía.

De vez en cuando te sorprendía un aguacero que refrescaba tu jornada de ejercicios, aunque tornando la rutina mucho más peligrosa.

No hubo jornada dominical sin sustos. A veces un conductor te sorprendía con una bocinazo, te gritaba improperios o sencillamente aceleraba y pasaba intimidante a ras de tu bicicleta.

Correr era la terapia con la que canalizabas el estrés de la oficina.

Era, como lo describiste una tarde, una pausa para intimar contigo mismo, fortaleciendo tu salud cardiovascular con pausas para contemplar las bellezas del litoral azul turquesa de la región oriental de la Isla.

Eras feliz con tu pasatiempo. Pedaleabas por tu salud y cada kilómetro conquistado era un premio a la hidalguía con que desafiabas tu seguridad en una ruta que muchos consideraban suicida que...

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