Ciclo

Welmo Romero

Es un ciclo sin fin aparente, el choque entre facciones del pueblo. El pueblo vs. el pueblo. El pueblo violento, el pueblo chota, el pueblo "esquizo" (término de Félix Joaquín Rivera), etc. Podría seguir con adjetivos despectivos, pero no resuelvo nada; por el contrario, soy parte de ese cuerpo colectivo que diariamente se mira al espejo sin tener idea de por dónde comenzar a sanar.

Apuesto por un regresar a la espiritualidad y a la educación. La paz como objetivo universal no puede observarse como contraparte de la violencia, sino como un principio generador de bienestar donde el capital sea un medio y no el fin en sí mismo. Para llegar a ese estado, la educación juega un papel esencial.

Es aquí, ante la ausencia de ella, donde los cimientos de nuestra sociedad demo-crática, crítica, cítrica y ácida se autoconsume día a día en un ciclo, un carrusel de morbosidad espectacular. A pesar de esto, siguen surgiendo...

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