Cinco

Yara Liceaga

Ya les tiene nombre.

Confieso que su deseo me ha tomado por sorpresa. Cuando le pregunto que qué quiere ser cuando grande buscando en su respuesta la palabra artista, arquitecto o ingeniero porque se pasa creando "instalaciones-robots-estructuras", pregunto y me dice que padre. Su niñez ha estado rodeada de precariedades y apoyos, además de una hermana diez años mayor y otra dos años menor junto a quienes calibra el mundo.

La dureza de la palabra desempleo la conoce por "default" paterno-materno, pero también reconoce una voluntad del amor masculino a través de su padre, de su abuelo, de su tío quienes cumplen una función tanto presencial como de sustento. Todos hacen espacio para el juego y para la seriedad.

Exploro mi asombro, me pregunto qué es lo que me sorprende de su claridad con respecto a reproducir seres humanos, si es que es un niño aún o si es por ser varón.

Recuerdo la primera vez que una mujer me dijo que su deseo era no tener hijos. Jamás. Punto. A mí aquello -de eso va década y media- me construía otra posibilidad donde en lo femenino había una suposición de maternidad, una especie de obligación...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR