Clama justicia la familia del abogado

Por Sandra Caquías Cruz

scaquias@elnuevodia.com

Sus dos hijas tampoco pensaron lo peor cuando, horas antes, temprano el sábado, abandonaron el apartamento de su padre en el Viejo San Juan en donde habían pasado una velada junto a su progenitor la noche anterior. Al salir de allí, notaron que su papá no había regresado de correr bicicleta, pero no les alarmó.

Keller Charneco murió a eso de las 4:45 a.m. cuando un auto Mercedes Benz, conducido por el también abogado Milton Portalatín, lo arrolló en la avenida Luis Muñoz Rivera, en dirección a San Juan.

El cadáver del abogado estuvo sin identificar hasta la tarde del domingo, cuando la familia ató los cabos de diversos reportes noticiosos que describían a un ciclista muerto y su bicicleta. Ello explicaba, al fin, porqué Tony, como lo llamaban sus amigos, no aparecía.

"Mi hermano no llegó a la cita. Lo llamamos y no contestaba. No sabíamos que el sábado por la mañana lo habían matado en un accidente de tráfico", lamentó Harry Keller, hermano mayor y quien ayer acudió al bufete de Anthony Keller a reunirse con sus dos sobrinas y un grupo de empleadas que lloraba la repentina muerte. Keller Charneco era un experimentado deportista. Corría bicicleta como parte del entrenamiento para competencias de triatlón. Un cuadro con la silueta del letrado, en su faceta deportiva, adornaba ayer una de las paredes principales del bufete de abogado que fundó hace 27 años y que tiene en un séptimo piso de su natal Mayagüez.

El abogado también era un hombre al que le gustaban las alturas. Era piloto. Tenía un avión que utilizaba para viajar entre Mayagüez y San Juan, donde vivía. En Mayagüez acostumbraba pernoctar en un velero que tiene anclado en la costa de Cabo Rojo, relató ayer su hija mayor, Kimberly.

Keller Charneco, cuyo padre era de origen irlandés, cumpliría 57 años el próximo 22 de noviembre. "Curiosamente muere a la misma edad de su papá", destacó el médico Jaime Viqueira, excuñado del occiso.

"Estamos todos bien sentidos porque es una muerte inesperada. Es una persona que estaba siendo muy productiva para Puerto Rico", destacó.

Lo describió como "un fajón. Hasta cierto punto terco. Vivió la vida como la quería vivir; una vida sin ataduras y sin ponerse restricciones para hacer las cosas".

Viqueira lamentó que se trate de un incidente ocasionado por un conductor presuntamente ebrio y que la Policía identificó como el abogado Portalatín.

La hija menor del occiso se...

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