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Clásicos sin etiquetas

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Por Tatiana Pérez Rivera

tperez@elnuevodia.com

"La cortina de hierro estaba intacta", recuerda Kira Kraftzoff, "y los muchachos americanos y rusos estábamos haciendo música juntos, rompiendo los clichés y las estúpidas ideas de que debíamos ser enemigos. Lo divertido es que cuando llegamos a América nos dimos cuenta de que era un país distinto a lo que creíamos y ellos esperaban que nosotros estuviéramos bebiendo vodka desde temprano. Luego fuimos a Rusia todos juntos y nos dimos cuenta de que éramos lo mismo, seres humanos. Con la música construimos puentes".

Precisamente eso ha seguido haciendo Kraftzoff a lo largo de su vida, en especial con la vitrina que le ofrece a él y a sus compañeros violonchelistas el Rastrelli Cello Quartet que se presentará en nuestra Isla como parte de la Temporada de Pro Arte Musical este viernes 17, a las 8:00 p.m., en la Sala Sinfónica Pablo Casals, frente al Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce.

Si algo distingue a la agrupación fundada en el 2002 por Kraftzoff e integrada además por Kirill Timofeev, Mischa Degtjareff y Sergio Drabkine es su disposición a interpretar géneros diversos desde el clásico hasta el jazz y compositores con estilos distintos.

"La música es el lenguaje internacional número uno y yo añado que es una religión internacional que todo el mundo entiende y siente", señala desde Berlín, donde reside.

Por eso, aunque premios y críticas han validado la pericia de todos como exponentes de música clásica, ni Kraftzoff ni sus colegas son partidarios de ponerle etiquetas a la música o descartarla.

"Ninguno de nosotros divide la música en pop, en rock, en clásica o jazz. La música son solo siete notas, nada más, no importan los nombres, te toca o no te toca", asevera el violonchelista.

Consideran que, además de una ejecución excelente, es fundamental para un músico "ser leal a su interpretación y a cómo la siente".

Y el público conecta de forma favorable. "Sea en Nueva York, en Berlín o en Dakota del Norte tocamos de la misma manera, siendo fieles al compositor y transmitiendo el espíritu de la música. No importa si son 50 o 200 espectadores. El mayor error es dividir a las personas por...

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