Entre los clásicos Moneyball

Por José A. Sánchez Fournier

jose.sanchez@elnuevodia.com

En años recientes, películas como Invictus (2009), del afamado cineasta Clint Eastwood, y Moneyball (2012), protagonizada por Brad Pitt y Jonah Hill, han llamado la atención de los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, que anualmente premia a las mejores realizaciones con su estatuilla dorada, el Oscar.

Moneyball, que relata la historia de Billy Beane (Pitt) como gerente general de los Atléticos de Oakland en la temporada de 1992, ha sido un éxito taquillero y entre los críticos. Tanto así, que está nominada para el Oscar de Mejor Película. También recibió nominaciones para Mejor Actor (Pitt), Mejor Actor de Reparto (Hill), Mejor Guión Adaptado, Mejor Edición y Mejor Mezcla de Sonido.

De ser nombrada Mejor Película, Moneyball sería el cuarto filme deportivo ganador de ese prestigioso galardón. Rocky (1976), Chariots of Fire (1981) y otra película de Eastwood, Million Dollar Baby (2004), son las tres obras cuyo tema tiene que ver con deportes, que han ganado el premio a la Mejor Película.

Entre otras nominadas a ese galardón se encuentran The Champ (1931, sobre un boxeador y su hijo), The Pride of the Yankees (1942, biografía del Caballo de Hierro, Lou Gehrig), Breaking Away (1979, de ciclismo), Raging Bull (1980, biografía del excampeón Jake LaMotta), Field of Dreams (1989, una parábola sobre la vida y el béisbol), Jerry McGuire (1996, sobre un agente de atletas), Seabiscuit (2003, la historia verídica del homónimo purasangre), y The Fighter (2010, sobre el entrenador Dickie Eklund y su hermano, el púgil Mickey Ward).

Las películas deportivas también han producido grandes bandas sonoras. Entre estas se destacan la composición minimalista y moderna del músico griego Vangelis para Chariots of Fire y la de Bill Conti para Rocky, con su bombástica sesión de viento y violín. Ambas ganaron el Oscar y hoy día siguen siendo muy populares.

Los largometrajes deportivos también le han brindado a muchos actores la oportunidad de interpretar papeles que llegan a trascender el séptimo arte y entrar al subconsciente cultural estadounidense.

En 1932 Wallace Berry se ganó el Oscar al Mejor Actor por su papel en el melodrama The Champ, estrenada el año previo.

Por su papel de Gehrig en The Pride of the Yankees, Gary Cooper fue nominado a Mejor Actor. Su coprotagonista, Teresa Wright, recibió una nominación a Mejor Actriz.

Y cómo olvidar al entrenador de Rocky, Mickey Goldmill...

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