Supermayoría contra la cláusula territorial

WILDA RODRÍGUEZ

PERIODISTA

El empeño en boicotear ese primer plebiscito como una lección de vergüenza y dignidad contra Luis Fortuño atenta contra el país. Derroten a Luis Fortuño en las urnas el 6 de noviembre de 2012 si quieren, pero no derroten al país.

Un voto masivo contra la cláusula territorial es un arma demasiado poderosa y necesaria para relegarla a una pelea contra Luis Fortuño. No me voy a amparar en la abstracción de la dignidad para rechazar la posibilidad de dejar establecido que una supermayoría de nosotros le dice que no a la colonia. La esclavitud no se lleva a votación, pero el coloniaje sí, aunque nos parezca indigno. De ahí que en derecho internacional se reconoce el referéndum como proceso de autodeterminación de los pueblos.

Un voto masivo contra la cláusula territorial no invalida la Asamblea Constitucional sobre Status que es la que en última instancia favorezco, ni un futuro plebiscito definitorio sobre el status. Todo lo contrario: obliga ambas cosas.

He escuchado y leído con detenimiento todos los argumentos contra el plebiscito que por primera vez nos pone a rechazar la cláusula territorial. Todos son argumentos contra quien propone la idea. Todos son argumentos contra Fortuño. Ese es un juego peligroso que no estoy dispuesta a jugar. Un juego en el que acabaría favoreciendo la postergación del asunto del status para beneficio de los colonialistas.

El compromiso con el país tiene que ser más grande que el encono contra Luis Fortuño. El convencimiento de que la solución del status es la clave para adelantar un proyecto de país tiene que ser más fuerte que los escrúpulos de pureza intelectual y política contra Luis Fortuño.

Sobre el segundo plebiscito, no estoy tan segura de que se quede como está. Creo que van a haber enmiendas y...

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