'Clemente me pasó la antorcha'

"Roberto Clemente me pasó la antorcha de la defensa de los peloteros latinos", afirma Luis Rodríguez Mayoral, ponceño que tiene un extenso historial en el béisbol local y de Grandes Ligas, y quien se mantiene activo escribiendo y haciendo análisis deportivo en la emisora WPRA de Mayagüez, entre otras cosas.Tiene 72 años y su historia comenzó en la Perla del Sur, donde nació, en la antigua Clínica Dr. Pila, y vivió sus primeros años entre la calle Hostos, el Edificio Darlington y los apartamentos Fullana. Asegura que su enamoramiento con el béisbol comenzó como a los cinco años, cuando conoció a Radamés Mayoral, un primo suyo que narraba los juegos de los Leones de Ponce."Yo quería ser pelotero, pero no tenía las habilidades necesarias, y la anomalía de mi amor hacia el béisbol desde niño me llevó a ser un ratón de biblioteca, y empecé a autoeducarme sobre el béisbol y su historia", explica Luis, quien vive desde hace muchos años en Texas.La carrera militar de su padre lo llevó a vivir a Panamá y Seattle, donde cultivó relaciones en el mundo de la pelota y regresó a la isla en la década del 60, luego de lo cual trabajó en un banco y en una línea aérea. Sin embargo, el deporte lo atraía.Escribió artículos sobre béisbol en los periódicos El Imparcial, El Mundo, El Nuevo Día, The San Juan Star y El Vocero, y en los 70 laboró como escucha para buscar peloteros prospectos para las Grandes Ligas en Puerto Rico. En esa capacidad, trabajó con los Piratas de Pittsburgh hasta 1979 y, luego, dos años, para los Medias Blancas de Chicago.En las décadas de los 80 y 90, fue gerente de contratación de equipos de la Liga Profesional de Puerto Rico. "En esa función, estuve con los Lobos de Arecibo y con los Metros de San Juan, que volvieron a ser Senadores", para los cuales contrataba peloteros de afuera que eran potenciales estrellas."Se me hacía fácil conseguir los refuerzos de la noche a la mañana porque ya estaba ligado a las Grandes Ligas", afirma.Por los peloteros latinosPor su trabajo cercano con los equipos de Grandes Ligas, Luis fue testigo del trato que sufrieron muchos latinos y lo difícil que se les hacía adaptarse a la dinámica profesional, en un país y un idioma distinto. "Había mucha mofa porque no hablaban bien el inglés y porque no se adaptaban en el mainstream americano".Para realzar la labor y buscar respeto para esos peloteros, el ponceño logró que, en la década de los 70, el equipo de Atlanta celebrara el Día del Pelotero...

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