Clímax

Félix Jiménez

No hay seducción posible cuando el fin de la cita está preordenado y, de una forma u otra, estar así, tan cerca pero tan lejos, les recordaba que llegaría el día de mañana y que su "six-way romance" tenía fecha de expiración.

El real gran debate, la gran campaña, el gran ajuste de copas ya se desvanece y sólo queda el impulso final de un reflejo para el que estos hombres han gastado millones de dólares: que se defina una papeleta con la fuerza de una cruz, dos líneas que se intersecan en medio de un futuro inasible.

En el museo de las ideologías invisibles que portan estos hombres en sus cabezas, la "suprema definición" pretende vender la ceguera como promesa radical: ser ciego es ser mártir por una causa justa. En el trayecto electoral de 2012, los cuerpos que se alzaron en cada discurso durante la campaña, funcionaron como seducciones espectrales. Son vivos fantasmas del pensamiento binario. Dos caminos. Dos testículos. Dos alternativas. Yo -"el supremo"- o el otro.

Ser escogido: "the survival of the unriskiest". Sus sistemas reproductores, que han cercado la imaginación, suelen hablar de su...

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