Coexisten la ley y la sensibilidad en la corte

En 10 años, las salas especializadas de violencia doméstica han tenido sus altas y bajas. Su desarrollo no ha sido tan rápido como se esperaba, y los esfuerzos para garantizar servicios han sido continuos ante los retos fiscales que enfrenta el país. Lo que hoy es incuestionable es que estas salas proveen un espacio para las víctimas de violencia doméstica en el que coexisten la ley y la sensibilidad.

Fue el 29 de mayo de 2007 cuando la Administración de Tribunales anunció la inauguración de la primera sala especializada en casos de violencia doméstica. La idea era proveerle a la víctima un espacio en el que se sintiera segura y en el que recibiera el apoyo emocional, legal y de servicios que necesita en medio de la crisis.

“Previo al establecimiento de la sala especializada había mucha preocupación en torno a la seguridad de la víctima y las partes que acudían a los tribunales y la manera en que se le proveían los servicios”, planteó el licenciado Juan Carlos Guzmán Baigés, jefe de la Directoría de Programas Judiciales de la Administración de Tribunales, división a la que está adscrita el programa.

Las diferencias entre una sala regular versus una especializada en violencia doméstica son diversas, pero una de las más significativas o quizás medulares en medio de un proceso en el que la víctima llega con miedos, inseguridades y preguntas, es el proveerle un lugar en el que no entre en contacto físico -hasta tanto estén ante el juzgado- con la alegada parte agresora o cualquier familiar y pueda estar sujeta a actos de intimidación que afecten la continuidad de los procesos judiciales.

“La experiencia era que, durante ese período de espera, que en ocasiones tendía a alargarse, la víctima tenía mucha presión del agresor, de familiares o de gente que llega para persuadirla en su acción”, expresó la licenciada Josefina Pantojas, coordinadora de la Organización Puertorriqueña de la Mujer Trabajadora.

En las salas especializadas, la parte agredida no solo se topa con jueces o juezas preparadas en las leyes aplicables, sino también con abogados e intercesoras legales que le acompañan en el proceso. Igualmente se establecen calendarios especializados para agilizar el trámite.

“Las salas especializadas se han convertido en este nicho donde diversas entidades se sientan a la mesa a tratar de proveer servicios integrales a esta persona que llega descompensada”, agregó Guzmán Baigés.

Además del acompañamiento, la intercesora orienta a la parte...

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