De colonialistas y de surrealismo

ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN

ESCRITOR Y PERIODISTA

Ayudados por grupúsculos como el llamado MUS (después de la salida de Ángel Collado Schwarz, el protagonismo y la bayoya personal parecen ser su norte), los amantes de la colonia, decía, andan locos y sin ideas.

Por allá salió uno, aterrado con una consulta seria en la que las descripciones de las fórmulas no sean el resultado de una charada de sus respectivos propulsores -como se permitió en los anteriores plebiscitos, sino que se atengan a los precisiones del derecho internacional y a las rigurosidades del aniquilamiento del coloniaje-, repitiendo el estribillo del elitismo de la asamblea constitucional en la que un grupito decida por todo el mundo. En la que ven una oportunidad de alcanzar tribuna como delegados.

Y más adelante escuchamos los otros días al suplicante popular de puestos electivos (por fin se coló) preguntarse por qué, en vez de una consulta de verdad en la que el electorado diga primero si desea o no mantenerse en el coloniaje estadolibrista, no se hace una sola pregunta: "Estadidad, ¿sí o no?".

Bueno, esa pregunta se hará en la segunda votación, una vez que el electorado -en una consulta seria, repito- aplaste, como sin duda ha de aplastar, la serpiente venenosa del coloniaje estadolibrista. El efecto de la segunda consulta será responder a la pregunta: "Estadidad, ¿sí o no?"; "Independencia, ¿sí o no?"; "Libre Asociación, ¿sí o no?".

Desde el sur del territorio no incorporado (dícese de una jurisdicción colonial sujeta a las determinaciones de un Congreso en el que sus residentes, en nuestro caso unos 4 millones de ciudadanos estadounidenses, sí, ciudadanos estadounidenses, no tienen representación efectiva), también salió otro separatista clamando que se pregunte: "Compatriotas, estadidad, ¿sí o no?".

Y yo me pregunto: ¿Por qué con el mismo ardor patriótico no se sugiere que la pregunta sea: "Compatriotas, independencia, ¿sí o no?".

Vamos, vamos. Metan un pie en el bote y déjense de fanfarronerías.

Termínese ya con la especie de que aun votando los puertorriqueños por la estadidad, el Congreso jamás la concederá, que también mueve a risa. Se pasan afirmando que el futuro...

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