Combaten el desempleo entre adultos con autismo

Aunque fue una de las 167 que cerraron al finalizar el año académico en mayo, el aprendizaje en la Escuela José Colombán Rosario, en Cupey, no se detendrá. Todo lo contrario.

Las aulas por las que hasta hace tres meses pasaron miles de niños de kínder a quinto grado, ahora serán la sede del Centro CAPTA: Capacitación y Apoyo a la Población Tocada por el Autismo.

Se trata de una ambiciosa –pero bien encaminada– iniciativa de la Alianza de Autismo y Desórdenes Relacionados de Puerto Rico, que busca solucionar el grave problema de desempleo que encaran los adultos diagnosticados con alguno de los trastornos del espectro austista en la isla.

Datos de 2011 –los más recientes sobre el tema– estiman que aquí residen 7,189 adultos con autismo, de los cuales hasta el 99% carece de empleo.

Las razones para esa elevada estadística son varias, pero destacan la falta de acomodos razonables en los centros de trabajo y el desconocimiento de los patronos sobre el autismo que, si bien puede provocarles problemas sociales, comunicacionales y conductuales a quienes lo tienen, también puede permitirles ser perfectamente funcionales.

“Bien que mal, nuestros hijos están servidos hasta los 21 años; no excelentemente, pero servidos. Cuando se gradúan del Departamento de Educación, caen en un vacío, en un limbo. De tener una rutina, pasan a estar encerrados en sus casas y eso es terrible tanto para ellos, como para sus familias”, expuso la directora ejecutiva de la Alianza, Joyce Dávila.

“En Puerto Rico, no se le ha dado prioridad a desarrollar talleres para los adultos con autismo tomando en cuenta sus capacidades y necesidades, que son únicas y diferentes”, agregó, tras señalar que, en Estados Unidos, el desempleo entre los adultos con autismo oscila entre 80% y 90%.

Dávila, quien integra la Alianza desde su creación en 2003, dijo conocer solo una decena de adultos con autismo empleados en la actualidad. Suelen trabajar en restaurantes de comida rápida, pero “les dan dos o tres horas nada más”, por lo que sus padres –mayores– siguen manteniéndolos.

“Si (los adultos con autismo) se quedan en la casa, se deprimen, se frustran y se sienten inútiles. Se afecta toda la familia”, manifestó a El Nuevo Día.

“Visual y práctico”

Revertir ese panorama fue, precisamente, lo que motivó a Dávila a someter –a nombre de la Alianza– una propuesta para establecer el Centro CAPTA en la Escuela José Colombán Rosario.

Hasta el pasado 9 de agosto, el subcomité interagencial creado por...

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