Comer cuento

Huáscar Robles Carrasquillo

Claro que yo también quería ver el año disolverse. Fue difícil, no hay duda. Pero espulgarlo en programas televisivos con el típico "recuento 2011" con voz de Manolo Urquiza me es innecesario.

Es como si el "ay, bendito, qué mal nos fue" fuese un elixir que nos exima de futuras atrocidades. Si damos un paseo por el recuento mundial veremos que, por ejemplo, la reyerta entre el Occidente y Oriente Medio está en su punto fulminante, el clima está desbarajustado y la situación fiscal continúa en la mira. Entonces, ¿qué?

Lo que apremia es el análisis y no la mera autoflagelación. Pues donde unos apuntan a cambio climático y al desconcierto fiscal, otros dicen Apocalipsis y ya no tenemos más remedio que engullir la retahíla de redentores que desfilan en los rituales preelectorales.

Lo que debemos hacer es cuidarnos de cuentos, que por ahí vienen muchos y con muchas garantías para que el año anterior no se repita. Pero ésta es la industria cultural de Adorno, un país donde se...

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