Comercial

Rosa Mercado

El punto es que con semejante música de fondo han hecho un comercial atroz. Un hombre relativamente joven rescata a una criatura por llamar de alguna manera al "ser" peludo y desdentado a quien el humano salva de morir ahogado.

Ahí empieza esa relación de afinidad entre el humano y el "ser" que se divierten haciendo cosas cotidianas hasta que la criatura en un descuido, estropea el cristal del vehículo del humano que le devuelve sin miramientos al lago, a donde suponemos se ahogará. Fin del comercial.

El anuncio, si no fuera por todo lo que tiene de verdadero, no sería la atrocidad que es. Porque es la manifestación de la aceptación social hacia las relaciones humanas utilitarias.

A nadie parece espantarle que las relaciones entre las personas y sus objetos sean más fuertes que entre las personas y sus afectos.

¿Qué otra cosa si no, explicaría la cantidad de perros abandonados a su suerte?

El perro está en la calle porque su humano, que en primer lugar nunca debió hacerse cargo de él, no tenía tiempo para enseñarle. Y el perro...

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