Todo comienza en BILBAO

rvega@elnuevodia.com

Por Rafael Vega Curry

Pero no es solo el puente. Toda Bilbao parece estar recién pintada, con sus pulcras avenidas, sus edificios bien cuidados, su mezcla de tradición y modernidad, la señorial arquitectura de las Siete Calles del barrio antiguo, las sorpresas que guarda su Museo de Bellas Artes, la multiplicidad de restaurantes y bares para todo gusto y todo presupuesto, gustos todos que invitan al viajero a refrenar el paso, a disfrutarlos sin prisa.

Atrás quedó, de manera definitiva, la gris urbe industrial de antaño. Los astilleros y las siderúrgicas que caracterizaban a Bilbao no han desaparecido del todo, pero le cedieron el protagonismo a la amable ciudad nueva, la que invita a explorarla con tiempo, que comenzó a forjarse a fines del siglo pasado con la llegada del Museo Guggenheim y que hoy privilegia los servicios financieros, la tecnología y el turismo como principales soportes económicos.

Sin embargo, este gran enclave urbano del norte español -capital de la provincia de Vizcaya, una de las tres que componen el País Vasco- no tiene porqué negar su vocación de ciudad-puerto. Y en una especie de homenaje a su larga tradición como punto de trasbordo, ha...

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