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Comienza la fiesta

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Por Rubén A. Rodríguez

Enviado Especial

Este pequeño poblado, ubicado en el montañoso condado de Otsego -al norte de Nueva York- comenzó a recibir a miles de fanáticos del béisbol provenientes del resto de los Estados Unidos y de América Latina, con miras a la exaltación al Salón de la Fama del boricua Roberto Alomar, del holandés Bert Blyleven y del exejecutivo de los Azulejos de Toronto, Pat Gillick.

Desde tempranas horas de la mañana, la calle Maine -la principal vía de Cooperstown- comenzó a inundarse de fanáticos que buscaban afanosamente conseguir memorabilias y recordatorios de béisbol, en especial todo lo relacionado a los dos nuevos inmortales.

Centenares de tiendas están ubicadas a ambos lados de la avenida. El equipo de trabajo de El Nuevo Día hizo un recorrido por la principal arteria y pudo apreciar cuánto interés existía de parte de los fanáticos en comprar recordatorios y camisetas del boricua.

En una de las tiendas exhibían camisetas de Alomar con la bandera de Puerto Rico y de Toronto, obviamente en alusión a la nacionalidad boricua del exintermedista de Grandes Ligas y a la deportiva.

"Roberto fue uno de mis jugadores favoritos. Y me llevaré una de esas camisetas", dijo Patrick Horn, un residente de Toronto que viajó a esta ciudad para estar presente en la actividad que se celebrará mañana.

Precisamente esta tienda también tenía en la parte alta una foto de Alomar con el uniforme de los Azulejos de Toronto, novena que apadrinará al puertorriqueño cuando mañana sea oficialmente exaltado al Pabellón de los Inmortales.

Muchos de los comerciantes aprovecharon para hacer su agosto con los precios. Por ejemplo, una camiseta de Alomar alusiva al Salón de la Fama cuesta $ 115.00. La gorra que hacía juego con la camiseta tiene un valor de $ 21.00.

Pero el alto precio parecía no molestar a los turistas y fanáticos que abrieron las carteras para comprar este y otros recuerdos.

Este poblado, que alberga al museo del Salón de la Fama, por lo general es tranquilo y aburrido. Solo lo mantienen con vida las actividades anuales que celebran en julio las Grandes Ligas. Durante el año sobrevive por las diferentes excursiones que aquí llegan para ver el museo.

Luminarias del béisbol como Jim Kaat y Pete Rose, y miembros del Salón de la Fama como Juan Marichal, Frank...

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