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SANTA ISABEL. - El deseo de llevar alegría a sus compueblanos afectados por el paso del devastador huracán María, fue el motor que llevó a Carlos Correa y a su familia a organizar la actividad “Santa Isabel se levanta y celebra con Carlos Correa”, que se realizó ayer en la plaza pública.
Pensada como una fiesta de pueblo que duró hasta horas de la noche, el evento contó con música y obsequios para los presentes, traídos por auspiciadores que se sumaron a la actividad. Asimismo, el pelotero santaisabelino repartió juguetes y regalos entre un grupo de niños y adolescentes previamente escogidos.
“El concepto principal de esta actividad es traerle alegría a la gente de mi pueblo. Hacer que se olviden de la tragedia que ha sucedido en estos últimos meses a consecuencia del paso del huracán María, y poder traerles felicidad a los niños, ya que algunos de ellos no van a poder tener regalos estas Navidades porque sus familiares están pasando necesidades grandes”, explicó el campocorto del equipo campeón de la Serie Mundial, los Astros de Houston.
“Queremos darles regalos a los niños y que disfruten de este día tan especial para ellos”, agregó Correa.
En esta misma línea se expresaron los padres del pelotero de 23 años, Carlos Correa y Sandybel Oppenheimer, quienes se han involucrado en las actividades de recaudación de suministros para los damnificados de María.
“Sentimos que el pueblo nos ha dado mucho. Y en este momento, en el que este pueblo estaba pasando por una situación difícil, queríamos hacer algo diferente. Ya habíamos enviado unas ayudas de alimentos, así que queríamos enfocarnos en los niños. Sabemos que después del Día de Acción de Gracias comienza la Navidad, y queríamos que ellos (los niños) sintieran que después de esos días festivos, tenían un día especial. Lo hicimos con mucho amor”, expuso Oppenheimer.
“Esto significa mucho para nosotros porque desde que Carlos jugaba en las pequeñas ligas siempre tenía este sueño de emular a una persona como fue Roberto Clemente. En el tiempo de Roberto no había dinero, y todo lo que hizo por los demás fue increíble. Yo siempre le decía: ‘Papi, esta es una persona digna de emular, porque fue un gran puertorriqueño y un ser humano increíble’”, dijo, por su parte, Correa, padre.
“Ahora que estamos haciendo estas actividades para nuestro pueblo, me siento más que orgulloso de que él (su hijo) entienda de que ya que Dios lo ha bendecido, él debe ayudar a otros”, añadió.
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