Compás de espera

Por Rubén A. Rodríguez

rrodriguez1@elnuevodia.com

Pero los planes del pelotero doradeño han sufrido una alteración y, en vez de viajar al devastado país, éste se mantiene en un puerto que luce más seguro, esperando por el llamado de la novena Fukuoka, organización que lo contrató hace apenas un par de semanas.

A miles de millas de distancia de Japón, Báez admite que siente emociones mixtas. Por un lado, está gozoso por el paso que recién tomó al firmar un contrato para jugar en esa liga, pero por otro siente una enorme preocupación por la situación que atraviesa ese país tras ser devastado el viernes pasado por un poderoso terremoto.

Este movimiento telúrico trajo como consecuencia un tsunami, a la vez que ha puesto en estado de alerta extrema al país ante un peligro nuclear.

"No quiero darle mucha mente a eso. Eso de verdad asusta. La tierra sigue temblando allá y ahora está la situación de la planta nuclear", dijo Báez en una visita a El Nuevo Día.

"Imagínate. Todo esto hace pensar a uno sobre la vida. Uno tiene que vivir aferrada a ella. Estando por acá uno piensa mucho sobre lo que está pasando por allá. Yo pienso que si estuviera en Japón y mi familia en Puerto Rico, ellos estarían bien preocupados", dijo mientras señalaba a su esposa Melanie Moreno.

"Yo sólo le digo 'ten cuidado' ", dijo por su parte Moreno.

Tras varios años de jugar en ligas menores, Báez, de 25 años, llegó a un acuerdo con los Hawks de Fukuoka a finales del mes pasado.

Este se trasladó en febrero junto a otros tres peloteros a esa ciudad para participar de unas pruebas. El boricua impresionó a la gerencia del equipo japonés, que al poco tiempo le notificó por medio de su agente que sería reclutado.

Báez regresó a la Isla para tramitar su visado y se suponía que recibiera sus pasajes para esta fecha. Pero todo se ha quedado en...

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