Cómplice el Estado de la fatal situación

Por Aurora Rivera Arguinzoni

arivera@elnuevodia.com

Es más, cuando los gobiernos no son capaces de atender a los sobrevivientes del crimen y la violencia de manera efectiva, se hacen cómplices y la institucionalizan.

Así lo advirtieron la semana pasada líderes de iniciativas para la prevención de violencia que por años han investigado y atendido el problema en Puerto Rico. En mesa redonda con El Nuevo Día alertaron sobre la necesidad de que el Estado respalde consistentemente iniciativas basadas en evidencia que apoyan a familias y comunidades afectadas por los estragos de la violencia.

"Si no son atendidas, primero se afecta su productividad, se va a afectar el sistema de salud porque pueden desarrollar consecuencias mayores de salud, desde (enfermedades en) el sistema cardiaco, diabetes, pueden generar un duelo patológico y entonces tenemos un problema de salud mental", advirtió Myra Rivera Torres, de Alianza Laura Aponte por la Paz Social (ALAPÁS).

Esa falta de atención también multiplica la violencia, según estudiosos de la conducta como la psicóloga social comunitaria Marizaida Sánchez Cesáreo y el psicólogo clínico Alfonso Martínez Taboas. "Un niño con efectos indirectos de violencia se puede convertir en un maltratante o víctima en el futuro", apuntó Sánchez Cesáreo.

Se puede afectar hasta su capacidad de aprender, agregó el doctor al citar estudios sobre violencia comunitaria, la que catalogó como "tóxico social". Dijo que hay comunidades donde un 70% de los niños han sobrevivido violencia.

Los entrevistados lamentaron que en Puerto Rico los gobiernos no han podido implementar un plan integral de seguridad, diseñado de forma inclusiva y participativa y que...

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