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Complicidad en el mar

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Por María I. Vega Calles

maria.vega@gfrmedia.com

Mujeres con gran fuerza interior son seres recurrentes en sus documentales y películas.

Su nuevo proyecto, El secreto mundo de Marina, también tiene figuras principales femeninas, pero esta vez se trata de una niña y una tortuga.

Basada en el libro de Kalman Barsy, La sirenita sin voz, la película cuenta la historia de Marina, una niña de 11 años, quien se enfrenta a grandes cambios al mudarse a la Isla.

Su mamá se casa en segundas nupcias con un científico que es asignado a realizar la evaluación de una playa de aquí, donde llegan a anidar tortugas.

"La niña está en rebeldía porque su madre es puertorriqueña, pero vivían en Filadelfia. Llegan a Culebra y tiene rabia porque dejó atrás a sus amistades, su mundo y tiene que comenzar otra vez", contó Fritz.

En medio de esos cambios, Marina conoce a Tatiana, una tortuga herida con un arpón, que rescata un pescador.

La niña se identifica con la tortuga, pues considera que está en la misma situación de adaptación. Además, le hace crear conciencia de los peligros que enfrenta la especie en la playa donde anidan.

"A través de la tortuga ella empieza a reencontrarse como ser humano y empieza a concienciar a la ganguita del pueblo. Además, pone letreros de que hay que defender a las tortugas, sabiendo que una farmaceútica está tirando desperdicios que están dañando la playa", afirmó.

El proyecto fue sometido como una coproducción entre la Isla y República Dominicana, para que la Corporación de Cine le otorgue el apoyo del Fondo Cinematográfico.

Fritz realizó unas escenas claves el lunes pasado, luego de conseguir que el director del Zoológico de Mayagüez, Luis Figueroa, le permitiera rodar unas secuencias entre Lara Torruella, quien interpreta a Marina, y Sofía, un peje blanco que fue liberado el pasado martes, después de una extensa rehabilitación.

Sofía quedó atrapada y debido a que estuvo un tiempo sin poder escapar le dio gangrena en la aleta delantera derecha, por lo que se le tuvo que amputar. Durante meses la tortuga vivió en un estanque del zoológico, mientras se curaba y aprendía a nadar solo con tres atletas. Primordialmente debía recobrar fuerzas para sumergirse en su nueva condición.

"Fue lindísimo, porque no sabíamos cómo iba a reaccionar la nena con la tortuga. Al principio hubo un poquito de...

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