Comprometida la capacidad de abasto

Enormes cantidades de sedimentos se movieron hacia los embalses a consecuencia de las copiosas lluvias del huracán María, reduciendo potencialmente su capacidad de almacenamiento y amenazando, a su vez, con crear un problema de disponibilidad de agua en el país, advirtieron expertos.

La mayoría de los embalses ya están altamente sedimentados, y el panorama se complica aún más con el hecho de que María también causó una gran devastación forestal.

Sin vegetación en las montañas, se pierde la capacidad de amortiguamiento o retención de sedimentos, lo que facilita su entrada a los cuerpos de agua durante eventos de lluvia.

“En Puerto Rico, la capacidad de los embalses para recibir agua es cada vez menos, y ahora va a haber mucha más sedimentación entrado. Cuando a un embalse le queda el 20% de su capacidad, está anulado para todo efecto práctico”, sostuvo el exdirector de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) en Puerto Rico y el Caribe, Carl Soderberg.

Mencionó, por ejemplo, que los embalses Carraízo, en Trujillo Alto, y Dos Bocas, en Utuado, están sedimentados en 40% y 63%, respectivamente, y “es posible que ahora pierdan otro por ciento adicional”.

Cuestionado al respecto, el presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Elí Díaz Atienza, indicó que, una vez se “normalice” el servicio de agua potable, la corporación pública iniciará un “análisis de la sedimentación” en los embalses causada por el huracán, que tocó suelo boricua el pasado 20 de septiembre.

“Reconocemos los retos de las represas. Estos sistemas traen muchos sedimentos y nos pueden haber afectado las reservas de agua. Tan pronto resolvamos el asunto de suplir agua a las comunidades, haremos la evaluación”, dijo.

Contó que, desde antes que María azotara la isla, la AAA está “trabajando” con el experto en manejo de reservas de agua y consultor internacional en hidrología, Greg Morris, para “buscar opciones para bajar un poco los sedimentos” en los embalses.

Preliminarmente, Díaz Atienza señaló que algunas de esas opciones incluyen dragados continuos (equipo permanente en los embalses), dragados dirigidos (embalses particulares) y mover los sedimentos hacia el mar a través de la apertura controlada de compuertas.

“Estaremos mirando los efectos de cada opción y calculando cuál es la mejor. Reclamaremos a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) los costos necesarios...

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