Confíe en su proyecto

Por Laura N. Pérez Sánchez

laura.perez@elnuevodia.com

Y el mayor obstáculo entre esa buena idea y su realización suele ser la falta de confianza en que usted es capaz de emprender el proyecto, aseguró Omayra Class, analista de negocios del Instituto Empresarial para la Mujer.

"Hay mucha gente preparada, no necesariamente a nivel de estudio, sino de experiencia, y casi todo el mundo tiene la idea de negocio cuando viene aquí... Lo que sucede es que muchas de ellas tienen un problema de autoestima severo y no creen en ellas", indicó.

Esta limitación puede superarse informándose y preparando un minucioso plan de negocio. "Ahí tú empiezas a ver un cambio en la actitud porque ya empiezas a ver el negocio como uno viable", sostuvo la especialista, quien advirtió que, en este punto, aparece la otra variable que puede determinar el éxito o el fracaso de su microempresa.

En momentos en que la tasa de desempleo continúa altísima y que los patronos tradicionales continúan sus recortes en nómina y gastos, las microempresas plantean una verdadera alternativa para generar ingresos y poder subsistir. Pero eso requiere disciplina, advierte Class.

"La microempresa tiene un valor extraordinario para levantar la economía local... Cuando tú estableces un negocio pequeño, generas autoempleo y otros empleos también", destacó.

Según la experiencia de Class, la mayoría de los negocios de este tipo que fracasan lo hacen o porque no cuentan con un buen plan de negocio o porque, al comenzar operaciones, no se ajustan a lo que establece ese documento, que debe servir de guía por los primeros tres años de la empresa.

Esta realidad la vivieron de igual modo el director de una escuela de música en Hatillo y los vecinos de una comunidad en Santa Isabel, que emprendieron sus negocios con una idea que luego el tiempo demostró que estaba errada.

Siguiendo su instinto y, en ocasiones, las recomendaciones de quienes conocían el mundo de los negocios, fundaron corporaciones con fines de lucro que, a la larga, trajeron más dolores de cabeza que ganancias.

"Nos dimos cuenta de que nuestro proyecto no es un proyecto lucrativo. Es un proyecto que, en la medida en que sea bien administrado, es costoefectivo, se puede sostener a sí mismo; pero sin permitir que sus socios puedan recibir un salario justo por lo que hacen", indicó a El Nuevo Día, Joamel González, director del entonces Music y Art Institute que tuvo que convertirse en entidad sin fines de lucro para subsistir.

Detalló...

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