Lo consistente ha sido la inconsistencia

Por los pasados seis meses, Luis Monrouzeau ha dividido sus días entre su residencia en Orlando, Florida, donde viven su esposa, hijos y nietos; y Puerto Rico, donde maneja todo lo relacionado a los Capitanes de Arecibo.

Estar de avión en avión es parte de los sacrificios del empresario de 58 años quien en el 2017 cumple una década como apoderado de la franquicia. En un principio, acordó administrarla por tres años para que no se perdiera lo que definió como un “patrimonio de la ciudad”.

Desde el 2007, los Capitanes se convirtieron en sinónimo de éxito en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) al sumar ocho apariciones en la serie final con cuatro campeonatos.

Empero, los trofeos y banderines conquistados vienen con un costo casi garantizado: pérdida de dinero.

“Es difícil”, dijo Monrouzeau a El Nuevo Día antes de un partido de trámite para el quinteto de la Villa del Capitán Correa el pasado miércoles con el pase a la postemporada ya asegurado.

“Aquí no se gana dinero. El que piense que se gana dinero aquí está equivocado. Es un bien social que es una buena inversión”, añadió.

Monrouzeau es un romántico del baloncesto y una especie en peligro de extinción en cuanto a dueños de equipo en la liga. Hasta la fecha, es el apoderado más longevo en su puesto después del retiro de Ángelo Medina en el 2015 tras más de 15 temporadas frente a los Cangrejeros de Santurce.

Monrouzeau, quien es propietario de la exitosa empresa Hospicio la Paz, indicó que en nueve años no ha recibido una inyección económica de parte del municipio de Arecibo para operar a los Capitanes. Según dijo, desembolsa $30,000 mensuales para darle mantenimiento al coliseo Manuel “Petaca” Iguina, instalación que administra desde 2010.

“Todos tenemos nuestros negocios privados. No se trata de eso”, dijo cuando se le preguntó si operar un negocio lucrativo es lo que le ha permitido invertir y permanecer tantos años con los Capitanes. “Es tratar de administrar con lo que se genera”.

En varias ocasiones, Monrouzeau ponderó vender a los Capitanes pero no ha dado con un sustituto para que se encargue del proyecto.

“Diez años es mucho. Yo voy a estar aquí y estaré aquí. Mientras no haya nadie que trabaje como yo, yo voy a estar aquí. El que venga tiene que trabajar como yo. Si puede trabajar más, mejor. Esa es la medida mía para vender el equipo”, expresó.

Según data obtenida por El Nuevo Día, 53 apoderados han pasado por el BSN en los pasados 10 años.

Para esta temporada, cuatro de los...

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