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ENRIQUE TOLEDO HERNÁNDEZ

ESPECIALISTA EN ASUNTOS DE DESARROLLO Y DIRECTOR DE SOCIEDAD SINERGIA

Continuó así el rol de Gobierno de importar "el progreso" y de disciplinar al puertorriqueño por su condición innata de pobreza (era pobre por causa de él mismo, y no del marco institucional que la empobrecía). Pero el Gobierno añadía un nuevo rol, el de administrar la pobreza del puertorriqueño vía los fondos federales. Así continuó la creciente burocratización de las relaciones sociales, pero a comisión del Gobierno federal (se extendía el poder colonial con la capucha de la burocracia del Estado Libre Asociado) para garantizarles más "derechos" a los "pobres" puertorriqueños. De esta manera, continuó la tendencia del puertorriqueño en confundir "sus" derechos con aquella burocracia federal-estatal que los sometía a la dependencia y no le brindaba reales oportunidades económicas (ni políticas).

Continuó la clase "empresarial" puertorriqueña siendo mejores (aunque menos) gerentes de empresas extranjeras y confundiendo sus "intereses" con los de éstas. Así, continuó el desplazamiento de las empresas manufactureras locales por las extranjeras y la eliminación de la agrícola. Continuó también incrementándose las ganancias de capital extranjero, pero ahora, como nuevo factor de la economía, mediante la "financiarización". Es decir, las ganancias eran por compra y venta de activos financieros y no por la producción de bienes y servicio. Por lo que los salarios del puertorriqueño, con trabajo, empezaron a disminuir respecto a esa tasa de ganancias.

Pero, también el ingreso puertorriqueño se "financiarizaba" mediante deuda pública y privada u otros mecanismos financieros (fondos mutuos, "securities", notas), pues, aunque este ingreso no provenía de la producción, permitía el vivaz consumo masivo. Así que continuó endeudándose la economía mientras se socavaba la producción propiamente puertorriqueña. El desparramamiento urbano, o la construcción como "motor de la economía", precisamente respondía a la "financiarización" de la economía (deuda) y no a las formas en cómo queríamos gozar la vida colectivamente tanto para nosotros como para futuras generaciones.

Continuó también el rol de la clase política burocrática...

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