Contrastes

WALDEMAR J. RAMÍREZ

CONSULTOR

Así pues, el boricua compartió con orgullo (más bien, in modestia) que en su país eso no era un problema significativo, explicando que nuestra Constitución establecía la figura del Contralor, agresivo fiscalizador de las transacciones de nuestros fondos públicos. Para remachar, señaló que recientemente se había creado la Oficina de Asuntos del Contralor adscrita al Departamento de Justicia de Puerto Rico, con el mandato de emplazar ante los tribunales toda acción criminal identificada en las intervenciones del Contralor. Touché.

Pero, si me encontrara hoy de nuevo con Adrián, Memo y Boris -¿qué les diría? ¿De qué caso de corrupción les hablaría primero? El menú que se nos ha atosigado es amplio: malversación, soborno, nepotismo. Hemos tenido que acuñar nuevos términos -"el tumbe"- para expresar la esencia de estos abusos de poder. Sabemos que los factores que propician esta cultura de corrupción son múltiples. El monopolio de poder es un factor fundamental. Y una vaga rendición de cuentas, entiéndase la falta de supervisión creíble y rigurosa, es igualmente determinante. Pero sobre todo, el agente del acto corrupto actúa cuando los beneficios esperados superan los...

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