Reflexión contributiva para iniciar el 2014

MARÍA DE LOS A. RIVERA

SOCIA A CARGO CONTRIBUCIONES DE KEVANE GRANT THORNTON LLP

A poco más de dos años de la aprobación del Código de Rentas Internas del 2011, hemos experimentado una Reforma Contributiva sustancial con la aprobación de la Ley 40, en junio, y de la Ley 117, en octubre. La primera medida, una de aspecto puramente impositivo, trajo cambios importantes en el cómputo de la contribución sobre ingresos para los negocios e individuos que operan por cuenta propia y en la imposición del impuesto a la venta y uso (IVU). La segunda introdujo enmiendas y nuevas reglas que aumentan la naturaleza de carácter impositivo y de recaudo adicional de la Ley 40.

Estas leyes han sido acompañadas por la falta de reglamentación y por un gran número de cartas circulares, determinaciones administrativas y boletines informativos desde junio de 2013. Estas publicaciones son emitidas por el Departamento de Hacienda en vías de proveer la guía e interpretación que las medidas aprobadas necesitan. Algunas de estas publicaciones, además, establecen procedimientos y reglas de efectividad inmediata que aumentan aún más las carga tanto financiera/contributiva como la administrativa a unos negocios y contribuyentes muchos de los que ya se encuentran en situaciones económicas muy difíciles.

El efecto de estos cambios se ha comenzado a ver, ya que la Ley 40, aunque fue aprobada a mitad de año, es efectiva, en su mayoría, para años contributivos comenzados después del 31 de diciembre del 2012, en el caso de contribución sobre ingresos, y de manera inmediata para IVU. Estas medidas y sus efectos deprimentes, no solo en los negocios sino en el consumidor y la misma economía local que se pretende activar, han sido discutidos y debatidos en diversos foros desde su aprobación. Sin embargo, no se vislumbran alivios en los meses cercanos, ya que el Gobierno ha sido claro en que necesita los recaudos adicionales.

Si nos sirve de consuelo, no estamos solos. Esta línea de política fiscal en la que los gobiernos legislan leyes poco claras y con poca reglamentación, y se incrementa sustancialmente la carga contributiva de empresas y empresarios, parece ser la norma en muchos países.

Pero no podemos quedarnos de brazos caídos esperando que la situación mejore. El sector privado debe continuar su esfuerzo de promover el movimiento económico que tanto necesitamos. El Gobierno tiene que continuar manejando y reduciendo cada vez más su gasto para que, de esa manera, las empresas...

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