Sin control la 'anestesia de caballos'

Por Yaritza Santiago Caraballo

yaritza.santiago@gfrmedia.com

Esa falta de garras coloca más cerca de la muerte a los adictos debido a que esta sustancia sintética, formulada con moléculas de clorhidrato, no se elaboró para uso humano sino para procedimientos quirúrgicos con animales.

Ese producto lo pueden poseer únicamente los veterinarios con licencia, pero la sustancia ha pasado sin mayores conflictos a otras manos, entre ellos, a los puntos de drogas.

El problema estriba en que la xilacina no ha sido incluida en la lista de sustancias controladas, aunque hace seis años la Legislatura lo intentó tras observar un aumento en el uso ilegal de esta anestesia que se adultera con otras drogas ilegales. Pero el proyecto senatorial 1259, luego de aprobado y enviado a La Fortaleza, nunca se firmó.

La Agencia federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) tampoco ha declarado la xilacina como sustancia controlada pues no hay estudios que revelen que se abusa de su consumo, aseguró José Betancourt, portavoz de prensa de esa agencia federal.

Y, aunque no hay cifras de la Policía que detallen el uso ilegal de esta sustancia, su consumo es real. Un estudio realizado en el 2008 por la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) reveló que 15,113 personas habían consumido sustancias como xilacina, éxtasis y anfetaminas.

"La proliferación de la xilacina cada vez está peor y sigo diciendo que es por problemas de controles, de inspección en las casas agrícolas. Hay casas agrícolas que hacen las cosas bien, pero otras no", dijo Víctor Oppenheimer, expresidente del Colegio de Médicos Veterinarios.

Pero, al no ser la xilacina una sustancia controlada, no hay ley que pueda utilizar la Policía para procesar a una persona que la trafica ilegalmente, según Betancourt. Esto contrasta con el uso de la ketamina -otra sustancia conocida en la calle como "Special K"-, que se trafica mucho en Estados Unidos para hacer "combos" de drogas y que ha sido catalogada como sustancia controlada.

Las muertes de 12 reos reportadas en el 2005 en una cárcel de Aguadilla y otras seis muertes sospechosas de adictos reportadas este año en la barriada Figueroa en Santurce ponen de manifiesto la vulnerabilidad de los usuarios que están comprando droga sin saber -en muchas ocasiones- que ha sido adulterada con químicos como la xilacina. Esto, con el fin de prolongar su efecto y de abaratar los costos.

Otros compradores lo saben pero se arriesgan a...

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