Una conversación tierra adentro

Por: Deepak Lamba-Nieves

Estudiante doctoral en MIT e investigador del Centro parala Nueva Economía

El viaje en automóvil por la ruta del sur fue breve. Creo que el sueño mañanero, el paisaje lindo y variable, y las conversaciones con Mike y César contribuyeron a acortar la travesía. En el camino iba repasando mi presentación e ignorando la ansiedad de hablarle a un grupo de líderes comunitarios que luchan constantemente contra la desidia, y que han sobrevivido grandes batallas y a numerosos oradores que esbozan todo tipo de propuestas.

A primera vista, la tarea de hablar sobre la situación económica de Puerto Rico me pareció sencilla pues no sería mi primera vez y muchos en la Isla se han acostumbrado a recibir malas noticias. No obstante, al poco tiempo caí en cuenta de que el ejercicio era más complicado pues la convocatoria de la Fundación Agenda Ciudadana era distinta. A los organizadores y anfitriones no les interesaba producir un pasadía campesino para darse palmaditas en la espalda, ni un festival nacional de quejas. Los invitados iban a esbozar respuestas a problemas complejos, y a tratar de alinear agendas pues se darían cita algunos banqueros "sensibilizados" y líderes del tercer sector. Ello con el fin de fomentar un diálogo "transectorial" para la redacción de un Plan Nacional de Desarrollo Económico Sustentable.

Como estudiante doctoral de planificación, me atrajo la idea de contribuir en la redacción de ese plan pero me asaltaba la sospecha. En Puerto Rico los planes "sostenibles" o "sustentables" están moda y se han proliferado como las urbanizaciones cerradas en los noventa y los consultores de pacotilla. No obstante, muchos amigos y conocidos me reclaman: "Eso que tú estudias es lo que hace falta en este país". ¿En qué quedamos?

Es fácil enredarse, pero la claridad llega con una distinción clave: el plan y la planificación son cosas distintas. La primera es una herramienta y la segunda un proceso. Se retroalimentan e idealmente van de la mano, pero en el terruño se han producido más planes que procesos de planificación. El plan se piensa como un documento frío y técnico, la síntesis de una recolección de mapas, estadísticas y opiniones (a veces ciudadanas). Por otro lado, y erróneamente, el proceso de planificación se asocia mayormente con los pasos que nos acercan al mamotreto práctico. Raras veces se considera que la planificación es un ejercicio político (y muchas veces partidista) donde se debaten distancias, visiones...

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