Coraje que va más allá de las horas extra

El origen de la controversia en torno a la ola de ausentismo en las filas de la Policía va mucho más allá de un descontento por el pago de las horas extra trabajadas durante las emergencias provocadas por los huracanes Irma y María.

Como dijo el agente Carlos Padilla, del cuartel de La Rambla, en Ponce, el atraso en estos pagos ha sido “el puntillazo”. Pero el asunto es más complejo que eso.

Y el centro de la discordia, según los relatos de varios oficiales, lo ocupa la reforma del sistema de retiro, que redujo la pensión de los policías, que no cotizan para el Seguro Social, de un tope de 75% de su sueldo mensual a 42% o menos. También apuntan a la deuda de sobre $200 millones por reajustes salariales que el gobierno no ha honrado desde 2004 y el veto del gobernador -a instancias de la Junta de Supervisión Fiscal- a una pieza legislativa que pretendía revertir los efectos de la reforma de retiro a unos 2,000 policías.

La ola de ausentismo arrancó a principios de noviembre, mientras los policías continuaban trabajando turnos de 12 horas al sol y sin días libres. Según cifras oficiales, el 3 de diciembre se reportaron 3,715 ausencias y, para el periodo navideño, cuarteles como Peñuelas, Caimito, Río Piedras, Drogas Aguadilla, Utuado, Arecibo, Piñones, Canóvanas, Cabo Rojo, Villalba, Guánica, Guayanilla y Trujillo Alto Sur tuvieron que cerrar al menos por un turno de trabajo debido al alto número de ausencias. Mientras, en la Comandancia de Caguas, hizo falta recurrir a policías de Massachusets destacados aquí por el paso del huracán María.

Solamente en Ponce, donde todavía se trabajan turnos de 12 horas, tres cuarteles cerraron a finales de año: El Tuque, Rambla y La Playa.

El Nuevo Día visitó estos tres cuarteles ponceños y al menos en los últimos dos, ni agentes ni supervisores escondieron su malestar al expresar su descontento.

Cuando este diario visitó el cuartel de La Playa, dos agentes reparaban unas luminarias en el estacionamiento. Son precisamente esas tareas que nada tienen que ver con las funciones para las que se les adiestró en la academia de la Policía las que por años han tenido que realizar los uniformados, por falta de equipo y mantenimiento.

El cuartel estuvo cerrado por falta de personal los días 30 y 31 de diciembre y el 1 de enero, dijo el teniente Carlos Morell, quien no había visto ese fenómeno en sus 22 años de servicio.

“Dependemos de la buena fe de un aspirante a la gobernación, de unas promesas. No tenemos derecho...

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