Corazón

Rosa Mercado

Será que estoy envejeciendo, pero me hace ilusión ver que la rosa se niega a morir y la virgen a envejecer a pesar del estruendo callejero, del humo, de la ferocidad que nos rodea como si viviéramos en una ciudad ocupada y no en un pueblo pequeño, que no tiene el consuelo del mar.

En esta esquina del mundo donde transcurren mis días, los bachateros pasean sus canciones de cuernos y despecho en carros que valen menos que los equipos de sonido con los que le quitan la paz al vecindario. Los reguetoneros atronan sus oídos y los nuestros con esa verborrea fantasiosa de macho 'castrao' y los salseros setentosos nos recuerdan que alguna vez pensamos que tuvimos razón y que la verdad era una y además toda ella, nuestra.

Ahora que no tenemos certeza de nada, miramos alrededor y nos percatamos con asombro que vivimos en un país de adolescentes que no pueden permanecer en silencio. La gente no deja de parlotear por sus celulares. Hablan mientras conducen...

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