'TENGO CORAZÓN DE GUAGUA... TODO EL MUNDO CABE'

Por Marcos Billy Guzmán. Especial El Nuevo Día

Foto Ramón "Tonito" Zayas

Tiene 33 años, pero lleva ese aire de chamaco de pueblo que interactúa como si conociera a las personas de por vida. En esa interacción se desprende una felicidad y simpatía que no tiene que expresar con palabras. No es forzado, pues Sie7e quiere escuchar a su gente, aquella que, según él, le da significado a sus canciones.

"¡Wepa!", le grita un hombre previo a darle la mano.

"¡Pa'i! ¿Qué es de tu vida? Cuéntamelo todo", responde el cantautor.

Quien lo escucha juraría que saluda a algún amigo íntimo y no a un fanático que ve por primera vez.

Entender su formación personal y su propuesta artística requiere conocer su infancia, cuando "por inercia" comenzó a tocar el piano antiguo de su hogar. Luego, en plena preadolescencia, se sintió atraído por la guitarra.

"Traté de tomar clases, pero no me gustó. Soy autodidacta. Nunca me quité", cuenta sobre aquel momento en que adoraba a Superman. Quería ser superhéroe.

Su perseverancia tiene que ver con el apoyo que siempre ha recibido de su madre, a quien describe como una "hippie moderna" que le enseñó a promover la paz y a hacer lo que le haga feliz. Aquella alegría la consigue hoy con su "feel good music".

Esa es su agenda escondida.

"Hay inquietudes sociales que no pongo en mi música, porque en una canción no hay suficiente espacio y prefiero hacerlo de otra forma. Mi música es parte de la solución, de ninguna manera te afecta negativamente. Creo en la protesta, pero más que en la protesta creo que en la propuesta", dice David Rodríguez, su nombre de pila.

El mensaje de su arte radica en llevar felicidad.

"Hay una agenda escondida detrás de mi música... Ese es mi invento", asegura, refiriéndose a la fama que ha reforzado con el éxito de la canción 'Tengo tu Love'. Ese logro nunca fue su meta, pues le aterrorizaba la fama.

"Estuve un tiempo temiéndole a la fama por las historias de terror que hacen de los artistas que pierden su vida privada. No quería ser famoso, quería mi intimidad", confiesa.

"Es como ser papá. Te imaginas la película como 20 veces, pero nunca estás listo. En mi mente ensayé el éxito y no estaba ready. Estoy acostumbrado a tratar 10 cosas para que salgan tres. No es que soy pesimista, pero soy realista y sé que el camino siempre es duro", añade.

Aquel miedo siguió hasta que fue un día a un hospital de niños y vio el efecto "breve, pero sanador" que tenía en la gente.

"No estamos hablando de curar una...

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