'Yo corría en medio de esas balas'

Por Sandra Caquías Cruz

scaquias@elnuevodia.com

Así fue que un joven de 16 años, según relataron su madre y su padrastro, salvó su vida de la balacera que el pasado viernes cobró la vida de su amigo, Juan Carlos Ruiz Vega, de 18 años y quien conducía el auto en el que llegaron al final de la calle Méndez Vigo, en Ponce.

La Policía recogió en la escena sobre 300 piezas de evidencia, la mayoría casquillos, blindajes y proyectiles. El auto en que viajaban los jóvenes tiene una treintena de impactos de bala, informó el teniente Herminio Ramos Rivera, director interino de Homicidios en la Comandancia de Área de Ponce.

El joven, de quien reservamos el nombre a petición de su mamá, acudió ayer a la funeraria a despedirse de Juan Carlos. Estaba en silla de ruedas. Tenía su cabeza cubierta y usaba gafas para que no lo reconocieran.

La mamá y su padrastro -quienes también pidieron que no se divulgaran sus nombres- narraron que se salvó de la lluvia de balas porque salió corriendo del vehículo. Corrió varias cuadras. Trepó un portón de unos ocho pies de alto, brincó patios y llegó a una casa cerca del terminal de carros públicos, en el casco urbano.

Tenía cinco heridas de bala. Aunque, según narró a su mamá, solo creía haber sido alcanzado por dos proyectiles. Un fragmento no le fue extraído del cuerpo por recomendación médica. El joven ayer tenía vendajes en ambas manos, el codo izquierdo y la rodilla izquierda.

"Él se portó bien valiente. Se hizo un torniquete. Se escondió, se quitó la camisa y se la puso en la pierna para aguantar la sangre", relató el padrastro, quien explicó que con todas esas heridas saltó varios patios.

Llegó a una casa donde una persona lo ayudó. "No le abrió las puertas, pero sí dejó que él entrara (al patio). Lo escuchó y preguntó si había alguien, que no se moviera", dijo el padrastro.

El joven herido le dio el número de teléfono de su mamá. La persona la llamó. Lo primero que le dijo fue: "¿Usted escuchó la balacera?", recordó la madre. "Cuando me dijo eso, no escuché más. Empecé a gritar y mi esposo trató de contestar, pero no pudo y le dio el teléfono a mi hija y ella se fue gritando".

Los dos hermanos se montaron en un auto mientras la persona, al otro extremo del teléfono, le...

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