Ante la corrupción cotidiana

MILAGROS S. RIVERA WATTERSON

El término anteriormente utilizado pretende recoger una situación muy común en nuestra sociedad que para muchos pasa desapercibida o sencillamente no le dan la importancia debida, o peor aún lo ven como una falta mínima.

Nos referimos a actos de deshonestidad que van desde comerse una fruta o un dulce en el supermercado sin pasar por la caja registradora, usar la señal de internet del vecino, llevarse los materiales de la oficina para dárselos a sus hijos, comprar películas pirateadas y hasta comprar ropa, utilizarla y luego devolverla. Todos estos constituyen ejemplos de actos antiéticos o ilegales que se cometen en el País diariamente y que contribuyen no sólo a minar nuestra economía sino a seguir aceptando y fomentando conductas lesivas al ejercicio de una ciudadanía responsable.

Lo peor de todo es que mucha de esta conducta es perpetrada...

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