Los costos económicos de la emigración

José Alameda

El flujo migratorio de los residentes locales, hacia y desde los Estados Unidos, ha sido una constante histórica desde los albores de la invasión norteamericana para 1898. Recordemos que esta diáspora fue hasta objeto de una de las películas más famosas de Hollywood, West Side Story (1961), la cual ganara diez Oscares. Entre 1900 y 1901 fue la primera oleada de 5,203 emigrantes hacia Hawaii, en donde hoy residen sobre 20 mil descendientes. Para 1927, unos 1,500 trabajadores y familias se trasladaron al estado de Arizona a trabajar en campos de algodón. Entre el 1900 a 1944, unos 90,000 puertorriqueños se mudaron al noreste de los Estados Unidos. El periodo de 1945-1960 fue reconocido como el Gran Éxodo y la emigración se estimó en 500,000 puertorriqueños en términos netos. Entre 1950 a 1954, tan sólo, se evidenció una cifra récord con 237 mil personas. La concentración mayor estaba en la ciudad de Nueva York, aunque Filadelfia, Nueva Jersey y Chicago sintieron el fenómeno migratorio de los puertorriqueños.

Más recientemente, el Instituto de Estadísticas proyecta que el total emigratorio desde 2006 puede sobrepasar el medio millón de residentes, una cantidad similar en su valor absoluto a aquella del periodo 1945-1960. Lo singular ahora es que los 500 mil son en tan sólo una década.

Examinando las estadísticas más recientes de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico para 2015 dentro del documento Perfil de Migrante, se descubre que la ola emigratoria a EE.UU. alcanzó unos 89 mil, pero la inmigración unos 20 mil, para un neto negativo de 69 mil. En este año 2015 se alcanzaron nuevos récords de la migración de Puerto Rico.

En el periodo 2009 a 2015, el total de emigrantes llegó a 368,369 personas, aunque regresaron 135,943, para un balance neto de -232,426. Es importante reconocer que de este total emigratorio un 73% tenían ingresos, mientras que el 27% no tenían. Este dato nos puede llevar a considerar este fenómeno más asociado a la tesis de “emigración por atractivo” (pull-factor) más que por “emigración empujada” (push-factor), o sea, por carecer de ingresos o empleo.

Estimado del costo migratorio.El costo migratorio será estimado como uno de oportunidad; o sea, el flujo de ingresos prescindidos en la economía local dado a la emigración del recurso humano. Claramente, tenemos el flujo de personas residentes con ingresos que dejan de contribuir al consumo local generándose una reducción en el consumo y los recaudos a...

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