Cotto, violencia y país

SILVERIO PÉREZ

HUMORISTA

La parte del cacheteo fue ampliamente compensada. A cambio de llevar una botella de vino, vi la pelea sin desembolsar el "pague por ver", con piscolabis, buena compañía y una rica paella. Pero era lo segundo lo que más ocuparía mi atención. Éramos cinco parejas, dos adolescentes, dos niños y una suegra. En la pelea preliminar, entre un muchachón color achiote -que pensé que era irlandés y resultó ser mexicano- y un señor negro de edad mediana, las pasiones se mantuvieron bajo control y no hubo amago de violencia doméstica.

La pelea de Cotto encendió el ambiente. Se me hacía difícil mantener la concentración en la extraordinaria demostración que estaba dando el cagüeño y estar pendiente a la vez del primer amago de violencia doméstica que ocurriera.

A mitad de pelea, cuando Cotto ganó ampliamente su primer round, observé que las más vocales eran las mujeres. Llegué a pensar que la primera bofetá violadora de la Ley 54 vendría del sector femenino de la audiencia.

Al final, fallaron todos los pronósticos, los del gobernador Fortuño y los de algunos mentalistas que veían ganando a Cotto. Lo de los mentalistas se justifica.

Se esperaba que la super-luna inclinaría la balanza a favor del boxeador boricua pero la super-lluvia no dejó que viéramos la super-luna y se fastidió su influencia en el resultado de la pelea.

En el caso del pronóstico del gobernador no debemos descartar que, dada la antipatía general que el País siente por él, muchos se hayan aguantado, simplemente para hacerlo quedar mal. Las cuarenta y cinco querellas que se recibieron en la Policía parecen estar dentro del marco de lo normal en actividades especiales.

Todo lo anterior no desmiente el hecho de que vivimos en un país sumamente violento. El pronóstico de Frantz Fanon sobre el comportamiento violento del colonizado sí se ha cumplido a cabalidad. Toda una vida siendo...

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