A crear una economía a prueba de huracanes

Gustavo Vélez

Aún no se ha cumplido el primer aniversario del paso del huracán María y tampoco hemos superado el trauma y dolor colectivo de ese trágico 20 de septiembre, pero ya comenzó nuevamente la temporada de huracanes. Recuerdo perfectamente esa madrugada luego de azote feroz del peor ciclón que ha tocado tierra boricua:la desolación, la tristeza y la incertidumbre.

Pasaron par de días antes de botar el golpe emocional, para comenzar a pensar en la dimensión del impacto económico del huracán. Mientras hacía largas filas para comprar gasolina, o adquirir comida en el supermercado, mi mente analizaba, ¿Cómo Puerto Rico se va a levantar de esto? ¿Cuánto tiempo tomará la recuperación? ¿Cómo quedará el proceso de quiebra luego de este evento? Eran algunas de las preguntas a las que intentaba proveerle una explicación.

Mientras Puerto Rico entraba gradualmente a la normalidad, comenzaron a surgir las primeras propuestas para lidiar no solo con el proceso de recuperación inmediata, sino con la posibilidad de que la isla fuera golpeada por otro huracán. Me acuerdo claramente, cómo el Presidente Donald Trump levantó de forma temporal la “Ley Jones” (cabotaje), para facilitar el tráfico marítimo de carga hacia la isla.

También recuerdo a uno que otro político en la radio, hablando de que había llegado el momento para eliminar el impuesto sobre los inventarios. Así seguían surgiendo ideas y grandes debates sobre cómo hacer a la isla más resistente a los huracanes, en momentos en que el calentamiento global parece ser más realidad que un mito. Por varios meses, fui tan feliz al ver cómo en medio de la gran crisis provocada por María, los grandes debates sustituyeron las discusiones estériles cotidianas.

Luego de las Navidades, entrado ya el 2018 y según regresábamos a la normalidad, las grandes ideas y propuestas comenzaron a caer en el olvido. De las grandes propuestas ninguna se ha convertido en nueva política pública, y no hay certeza sobre si estamos listos para un nuevo huracán.

Claramente, es un paso de avance, las grandes cantidades de dinero que ha aprobado el Congreso para ayudar a financiar la reconstrucción de Puerto Rico ($30,000 millones). También es positivo el que amplios sectores dentro de los círculos de poder de Estados Unidos han entendido la vulnerabilidad ya no solo fiscal de la isla, sino la fragilidad de la infraestructura. Igualmente, quedó al descubierto la gran pobreza que parecía estar oculta detrás de la vegetación...

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