Crimen, castigo y perdón

En febrero de 1899, en plena ocupación de la isla por las tropas estadounidenses, un cochero de Caguas, Rafael Ortiz, asesinó a un soldado del ejército americano. ¿El motivo? Las injurias infligidas por este al cochero, injurias que lesionaban su honor (le pegó y lo vejó frente a su novia). Pasada la invasión, se afianzaba la ocupación, situación que históricamente ha dado pie a todo tipo de abusos de vencedores frente a conquistados. De parte de los ocupados, había cesado ya la euforia de algunos ante las promesas liberadoras: la realidad no se mostraba tan halagüeña como las palabras. El contexto propiciaba, además, los equívocos por las diferencias culturales y lingüísticas.El cochero fue apresado, enviado a San Juan, juzgado militarmente y condenado a muerte, tras de lo cual partió hacia una prisión en Minnesota. La intervención del gobernador militar de la Isla, Guy V. Henry, logró cambiar su sentencia a prisión perpetua. La presentación posterior de una defensa legal obtuvo la conmutación de ese plazo por uno de cinco años; en 1904 el prisionero fue devuelto a Caguas.Estos hechos, más o menos olvidados, son la base de este escrito de Arcadio Díaz Quiñones que adquiere relevancia por varias razones. En primer lugar, Rafael Ortiz es juzgado por un tribunal militar que dicta sentencia sin que medie un juicio civil y sin que se le ofrezca al acusado la oportunidad de presentar una defensa adecuada. Es el primer puertorriqueño en ser ingresado en una prisión federal estadounidense. Los esfuerzos para liberarlo se iniciaron en 1900. La petición de "habeas corpus" presentada por el licenciado John Willis invoca los derechos del prisionero como "ciudadano de los Estados Unidos" y acreedor, como tal, de la protección de la Constitución. Ese punto legal fue discutido en los llamados "casos insulares" a partir de 1901. En ellos se decidió, esencialmente, que los habitantes de los territorios adquiridos no gozan automáticamente de la protección de la Constitución.Aquí se enfrentan, además, dos aspectos del imperio: la fuerza militar y las consideraciones legales y culturales que de ella se desprenden. El perdón al acusado podría tomarse como...

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