Crisis de muchos, paraíso de pocos

RUBÉN RÍOS

ABOGADO Y EMPRESARIO

La crisis económica se complica aún más cuando somos testigos del colapso de muchas dependencias del Gobierno al no poder brindar un servicio adecuado a la ciudadanía, muchas veces por falta de personal. No hay que hacer estudios ni investigaciones científicas para conocer la situación del País; basta salir a la calle y apreciar cómo la infraestructura del País se deteriora de manera alarmante. Basta con tener una emergencia y llamar al 9-1-1 para ver la lentitud con que recibimos asistencia.

Basta con llamar a la Policía y ver cómo pasan horas sin que llegue la ayuda. Basta con ir a alguna agencia del Gobierno y ver cómo hay pocos empleados atendiendo cientos de personas. Basta con llamar a alguna agencia y ver cómo estamos horas esperando que algún ser humano conteste el teléfono sin que antes se nos haya caído la llamada en varias ocasiones. Basta con ir a un parque o un balneario para ver las condiciones nefastas en que se encuentran sus instalaciones.

Sin embargo, para algunos privilegiados, la crisis no existe. Para los que están bien conectados, el Gobierno está para servirles de manera inmediata. Para algunos, no hay problema con el Gobierno que con sólo una llamada no resuelvan inmediatamente. Para colmo de males y como muestra de un pueblo que va en retroceso, vemos cómo hoy en día una buena preparación académica no redunda en mejores oportunidades de trabajo en el Gobierno. Lo verdaderamente importante es ser amigo o estar conectado con las personas de...

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