Crisis y sensatez

EFRÉN RIVERA RAMOS

CATEDRÁTICO DE DERECHO

Nuestro país se encuentra hace ya algún tiempo en esa condición. De ahí la necesidad de que, en vez de tratar de justificar lo injustificable, nos detengamos a examinar cuidadosamente las determinaciones que se toman frente a la difícil situación fiscal y a los problemas de seguridad del país.

Veamos el caso del retiro de los maestros. Por la información que se ha suministrado, el sistema parece tener un serio problema actuarial. ¡Qué bueno que el Ejecutivo y el Legislativo se decidieran, por fin, a remediar el entuerto! Pero el asunto pretendió atenderse con un proceso atropellado que condujo a la aprobación de legislación que acentuará la profunda injusticia estructural que aqueja al magisterio y a muchos otros sectores de la clase trabajadora puertorriqueña y que, probablemente, terminará menoscabando la calidad de la educación de las futuras generaciones.

En el mismo arrebato, y con parecidas justificaciones, se adoptó la ley para modificar el sistema de retiro de los jueces. Una evaluación sosegada de la medida revela que plantea problemas constitucionales importantes y que hay buenos argumentos, de una y otra parte, para sostener ambos extremos de la cuestión. Sin embargo, el debate público se ha exacerbado con acusaciones vitriólicas para demonizar a quienes se decanten por uno u otro parecer.

El Tribunal Supremo, en una combinación de aciertos y desaciertos, le ha echado sal a la herida. Primero tomó la decisión loable de permitir la transmisión en vivo de la audiencia de argumentación oral sobre la acción instada por los jueces para impugnar la ley. El dictamen abonaba a la transparencia que el país reclama a gritos. ¡Aplausos merecidos para el Tribunal!

Llegó el día esperado. Lejos de dar la lección de civismo, ponderación y temperamento judicial que esta controversia, en particular, exigía, los integrantes del alto foro se dedicaron a hacer una defensa férrea de sus intereses y a atropellar a la única mujer abogada que comparecía ante ellos para argumentar el caso. ¡Por supuesto que la legislación impugnada plantea una cuestión importante de independencia judicial! Pero el comportamiento de los jueces echó sombras sobre el principio hermano de...

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