Crónicas sanjuaneras

Por Carmen Dolores Hernández

Fotos por MAriel Mejía ortiz

Si bien la crónica se instaló como un género literario deslumbrante a finales del XX, desde el siglo anterior constituíaen Puerto Rico un ofrecimiento constante y placentero para los lectores de periódicos y revistas, más abundantes que los libros. Hoy esas crónicas nos proporcionan no sólo información sino el inmenso placer de conocer la vida pasada a través de los ojos de quienes la vivieron.

Varios nombres se destacan entre los cronistas de antaño, entre ellos José A. Negrón Sanjurjo, José Pablo Morales, José María Monge, Campio Alonso Pacheco, Manuel Fernández Juncos y José Antonio Daubón. Más conocidos los últimos dos, sus escritos se han re-editado varias veces. Daubón reunió estas crónicas, aparecidas originalmente en publicaciones como "El Buscapié", "El Clamor del País", "La Correspondencia" y "El Boletín Mercantil", en una primera edición de 1893; en 1904 y 1905 apareció otra edición y un segundo tomo. Ahora sus descendientes han publicado esta edición facsímil.

Perteneciente a una familia sanjuanera, las crónicas de Daubón versan sobre esa ciudad, que conoció, recorrió, gozó, satirizó y recreó -viva y diversa- con gracia. Vecino de la calle San Sebastián, travieso de niño, jaranero de joven, conocedor de gente importante y observador de quien no lo era, Daubón describe las fiestas de San Juan, con fogatas y carreras de caballo; las de Santiago, con muchachos disfrazados de moros, y los bailes de carnaval en el Teatro Municipal, cuyo piso subía al nivel del escenario. Comenta sobre la novedad de las máquinas...

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