Cuadro complejo para familia de las gemelas

Por Aurora Rivera Arguinzoni

arivera@elnuevodia.com

La joven de 21 años que tuvo gemelas casi no podía hablar. Inicialmente lució aturdida pero, a medida que fue conversando sobre su pequeño de un año de edad y el nacimiento de sus nuevos retoños, pareció ganar energía.

Empuñaba un pequeño teléfono celular que era lo único que la mantenía conectada a su familia, que es numerosa, muy unida y de pocos recursos económicos.

"Estoy loca por verlas", confesó. Aun no lo había hecho pues el mismo dolor le había impedido visitarlas en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal (NICU) del Hospital Municipal, donde permanecen por ser prematuras.

Recordó que a la primera en nacer la pudo ver tan pronto la parió. Luego, en medio de la bienvenida al mundo de la recién nacida, notó que seguía experimentando presión bajo las costillas del lado derecho de su cuerpo. "Estaba por aquí, yo la sentía", dijo, tocándose.

Fue entonces cuando el personal médico que la atendía se dio cuenta de que había otro bebé en camino porque el sonograma que le realizaron al admitirla no lo reveló.

Hasta ese momento, González Rivera no había podido recibir cuidado prenatal, según explicó, porque en la oficina de Mi Salud que ubica en la Parada 18, en Santurce, le indicaron que su tarjeta había sido cancelada. Le dieron una cita inicial para junio a la que no pudo asistir porque otro evento de lluvias inundó la calle donde vive y, luego, le dieron otra a la que ya no hará falta ir.

Ahora, su preocupación es proveerle un hogar a sus tres retoños. "Lo que necesito es un techo para mis hijos, y sus cositas", dijo afligida, pues hasta la cuna de su hijo perdió, y para las niñas todavía no tenía nada, ni nombre.

"Yo decía 'quiero nena", recordó. Sobre el esposo, agregó: "tú sabes que los varones quieren nene, pero está lucío", comentó en tono jocoso sobre las preferencias de ambos. Ahora es él -que sí pudo ver a las pequeñas- quien busca nombres. "Los tiene apuntados en un papel", dijo. Agregó que a su esposo, que se llama José y trabaja como guardia de seguridad, le gusta crear nombres. "Por eso al nene le puso Josmiel", recordó.

Mientra ella se recupera y...

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