Cuatro

Welmo Romero

Tampoco hay que tener una vasta experiencia en el manejo de técnicas de investigación empíricas para dar cuenta de por cuál razón tantas personas se desviven por entrar al paraíso de las ayudas federales, subastas y contratos con el Gobierno.

Como país, hemos internalizado que para poder vivir el día a día, en algún lado debemos "meter la mano" y sacar lo que podamos sin mirar atrás.

Aquel país de cuatro pisos de José Luis González es un multipisos de colores brillantes y barnizado por una espesa capa de corrupción.

Ya no hay que matar gente y tirarla al río para poder contrabandear cigarrillos o tela, simplemente hay que tener las conexiones adecuadas y mantener contentos a quienes están en posiciones claves y pueden hacerse de la vista larga cuando el acto de corrupción entra en función.

En dicha cadena del saqueo en las altas esferas siempre es necesario un peón de mente débil. Esta persona hace el trabajo sucio y si, por casualidad, algún día cae su jefe, dicho...

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